Nuestro penúltimo texto puede parecer un episodio hasta cierto punto curioso para incluir en una historia de España. Como hemos visto, la primera mitad de la Estoria contiene mucho material relacionado fundamentalmente con la historia romana, en el que a veces ni siquiera se menciona a España. Después el relato nos lleva a la historia de los godos, hasta el año 711, con la caída de la España visigoda y el reinado de Pelayo. En cierto sentido, pues, se trata de una historia de caída y redención que nos conduce a la época de Alfonso, a finales del s. XIII, cuando el monarca cristiano de Castilla y León, y por lo tanto el principal gobernante en España, domina toda la Península. Como ha señalado Inés Fernández-Ordóñez, la Estoria de Espanna es la historia del linaje legítimo que gobernó España, un linaje que se extiende desde los comienzos legendarios de España, pasando por los romanos y los visigodos, hasta la década de 1270 en la Alfonso se erige como legítimo heredero de esta tradición.
Teniendo en cuenta esto, parece razonable preguntarse por qué, en el medio del gobierno del rey visigodo Sisebuto (612-621) encontramos el siguiente pasaje:
De como Mahomat priso a los coraxinos e de lo que mando fazer a los moros.
1 Andados cuatro año del regnado del rey Sisebuto, que fue en la era de seys cientos e cincuaenta e siete e cuando andava ell año de la encarnacion en seyscientos e dizenueve año e el dell imperio de Eraclio en onze, e pues que Mahomat ovo estado en Yatrib cinco años como avemos dicho, saliosse ende e vinosse pora Meca. 2 Mas porque los coraxinos que aoravan los idolos aun tenien la mayor parte de la villa de Meca, non osava ell andar por la villa si non muy encubiertamientre e muy omildoso, de guissa que non quiso por un tiempo fazer nin dezir ninguna cosa que por profeta fuesse el tenudo nin coñoçuda. 3 Desi saliosse d’alli e fuesse de cabo pora Yatrib, e allego muy grand poder de yentes assi de sus parientes como d’otros. 4 E pues que se el vio bien apoderado, dio tornada pora Meca e entro muy bravamientre en la villa villa e priso por fuerça a los coraxinos e a todos los que del su liñage eran. 5 Desi començolos de su palabra e dixoles como en desden: «¿Que vos fare agora». 6 E ellos dixieronle: «Lo que vos tovieredes por bien, ca sodes franc e cortes». 7 Ell estonces perdonolos luego e soltolos, e ellos d’alli adalant fueronle siempre omildosos e obedientes. 8 Despues desto mando Mahomat que subiesse un moro en las torres o las campanas de los cristianos solien estar, e que en logar de campana que diesse y vozes e llamasse a todos aquellos que de la su secta eran pora venir a la oracion assi como oy en dia vedes aun que fazen. 9 Otrossi mando que en el mes que los moros llaman Ramadan que ayunassen y treynta dias, e otros treynta en el mes que dizen ellos Almoharran; e este es el mes de juño, 10 mas los moros non cuenta los meses si non por la luna, e por esso nos non podemos dezir por ende el mes nin el tiempo señaladamientre. 11 E los moros por fazer plazer a Mahomat fizieron mezquita d’aquella casa o el naciera a onra del.
Sin duda tendrás tu propia opinión acerca de por qué los orígenes del Islam se encuentran en la Estoria. Obviamente, la presencia del Islam en la Península no puede ser ignorada y, aunque la Estoria no considera legítimos a los gobernantes islámicos (por eso no figuran en el linaje mencionado antes), sin embargo muestra suficiente interés por todos los españoles (sea cual fuese el significado que habría tenido ese término en el siglo XIII) para contar con significativa profundidad los antecedentes de la presencia del Islam en España. Lo mismo podemos decir de las historias del gran arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada (117-1247), que proporcionó a los alfonsíes gran parte de su material original. Una de las crónicas de Rodrigo, la Historia Arabum, se dedica por completa a esta cuestión.
El pasaje es interesante en varios sentidos, no solo por las diferencias que presenta entre esta versión y la explicación tradicional: Mahoma regresó a La Meca después de seis años, pero no entró en la ciudad; regresó un año después y revasó la Gran Mezquita. En efecto, un africano subió a la mezquita y llamó a la oración, aunque no había campanas ni había cristianos en La Meca durante ese periodo. Ciertamente el Ramadán había sido decretado, pero eso había ocurrido antes de que el entrara en La Meca, y los musulmanes no ayunan más allá de 30 días (agradezco a Hasan Patel por la puntualización). Dicho esto, puede que te interese considerar estas diferencias aparentemente pequeñas y lo que supone para la narrativa que la Estoria de Espanna está tratando de crear.
La (relativa) falta de hostilidad es también un aspecto interesante. El estereotipo de la Iberia medieval es el de los reinos religiosos hostiles, constantemente en guerra unos con otros. Sin embargo, la España medieval era un lugar mucho más complejo. Este pasaje, al igual que otros muchos en la crónica, nos transmite una sensación de familiaridad, como en cualquier otro aspecto: las personas de todas las religiones estaban familiarizadas con su entorno y sus costumbres. No eran iguales, en ninguna sociedad, pero se aceptaba un reconocimiento, en diverso grado, de las diferencias entre ellos. Conocer los orígenes del Islam es una muestra parcial de ello. Por el contrario, otros pasajes de la Estoria son mucho más hostiles contra el Islam y contra Mahoma en particular. Algunas de estas cuestiones se tratarán en futuras publicaciones de nuestro blog, así que no dejes de expresar tu opinón siempre que lo desees.
Este pasaje desafía a los lectores del siglo XXI de diferentes maneras. Algunos de los términos utilizados (como “moros”) son despectivos. Pero los hemos mantenido igualmente porque son los auténticos. Este es un proyecto que trabaja con los testimonios originales, y parte de los que estamos haciendo (todos) es comprender esos testimonios en su contexto. Y aunque no nos disculpamos por la naturaleza de los testimonios y evidencias medievales, sí que pedimos que todas las discusiones sobre lo que pueda considerarse material sensible se lleven a cabo de manera respetuosa.
Nuestro cuarto pasaje también nos muestra algunas características interesantes del manuscrito. Muchos de vosotros ya estaréis familiarizados con esto, pero ¿te has fijado en las palabras delimitadas por un cuadro rojo, “fueron alçadas como”, en la parte inferior del folio a la izquierda? Si eres observador, habrás visto que esas mismas palabras aparecen al comienzo de la primera columna en el folio siguiente. Si aún no sabes por qué sucede esto, estate atento a nuestro blog, porque próximamente daremos respuesta a ello y comentaremos otras cuestiones de carácter paleográfico y codicológico que te pueden interesar.
Mientras tanto…: ¡¡feliz transcripción!!
Y recuerda: si te interesa transcribir otras secciones del manuscrito, háznoslo saber, ¡¡nos ayudarás mucho en nuestra futura investigación!!
Aengus Ward