Texto 3: la importancia del Cristianismo. Elena y el hallazgo de la Vera Cruz

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El tercer texto se corresponde nuevamente con la sección de historia romana, ¡y no menciona a España ni una sola vez! El capítulo narra ciertos eventos acontecidos en el decimocuarto año del imperio de Constantino. En un capítulo anterior de la Estoria de Espanna (cap. 342: puedes leerlo en la Estoria Digital) se nos relata los acontecimientos por los cuales el emperador Constantino se convirtió al Cristianismo. Es uno de los capítulos más largos de toda la crónica. En el capítulo que ahora nos atañe (el Texto 3) se refiere la búsqueda de la Vera Cruz por parte de la madre de Constantino el Grande, Santa Elena.

326 De los fechos del año catorzeno en que se fallo la cruz.

1 En el catorzeno año, que fue en la era de trezientos e sessenta, avino assi que la muy santa emperadriz Elena estando en Roma, enviol mandado en vision muchas vezes el Nuestro Señor Dios que fuesse a tierra de Jerusalem otra vez en romeria e buscasse y la cruz en que el fuera crucifigado. E ella fuesse pora alla e començola de buscar a todas partes, mas era muy grave de fallar por razon que los adelantados gentiles pusieran en el logar o el Nuestro Señor fuera crucifigado ell idolo de Venus, 2 por tal que los que viniessen aorar al Nuestro Señor semejasse que a Venus aoravan; e por esto los cristianos alongaronse d’aquel logar e fuesse poc a poco la cosa cayendo en olvido, assi quel no sabie ninguno dezir a la reyna Elena en que logar fallarie la cruz. 3 Mas ella, que lo avie mucho a coraçon, ando tanto preguntando a todas partes que fallo un judio que avie nombre Judas quel dixo que oyera a su padre de cuemo Jesucristo fuera crucifigado, e mostraral el logar. 4 E Elena fue alla con muy grand gente e fizo toller d’aquellos logares los idolos e todas las cosas malas descomulgadas que y estavan, e mando cavar en aquel logar quel demostro Judas e fallo hi tres cruzes. 5 E cuemoquier que la de Nuestro Señor toviesse la tabla del titulo que mando escrevir Pilato, tanto era vieja que non se podie departir de las otras; e la reyna Elena con grand voluntad de saber cual era, començo a rogar al Nuestro Señor que el deñasse descobrir la verdat d’aquel fecho. E avino assi que una dueña de las mayorales d’aquel logar yazie tan mal doliente que estava ya mas muerta que viva, 6 e era aquella sazon obispo d’aquel logar un omne de muy santa vida, e cuando vio a la reyna Elena estar en grand quexo dixo: «Den aca essas tres cruzes que fallastes e vayamos a un logar que vos yo mostrare e descobrirnos a el Nuestro Señor cual dellas es la suya». 7 E la reyna e toda la otra gente fueron con el a la casa o yazie aquella dueña dolient e entraron dentro, e el santo obispo fizo su oracion al Nuestro Señor e dixo teniendo los inojos fincados en tierra: 8 «Señor, tu que deñeste salvar el linage de los omnes derramando la sangre del tu benedito Fijo, e que deñeste aspirar en esta santa reyna que viniesse buscar la tu bendicha cruz en que sovo colgada la nuestra salud, tu nos deña mostrar agora cual es aquella, de guisa que a la ora que nos tanxieremos a esta enferma con ella sane luego desta enfermedat». 9 Desi pusieronle luego la una desuso e no acordo, e pusieronle la otra e contecio aquello mismo, e pusieronle la tercera e levantosse luego sana e guarida e muy alegre a maravilla, e començo a andar corriendo por toda la casa dando loor a Dios. 10 E Elena que vio aquesto, tovosse por bienandante e mando fazer un templo de maravillosa obra en aquel logar o la cruz fue fallada. Desi tornosse pora Roma e dio a su fijo Costantino los clavos que fueran fincados en los pies e en las manos de Nuestro Señor; e el fizo ende freno a su cavallo e yelmo a su cabeça. 11 E Elena dio a su fijo otrossi una partida del madero de la cruz, e la otra partida metiola en una arqueta de plata e d’oro e pusola en un monesterio de virgines o fue depues toda via much onrada e muy guardada. 12 E el dia que ell arca fue alli puesta, convido la reyna Elena todas las dueñas d’aquel monesterio e sirviolas ella misma a todas en cuanto comieron, que non quiso que otro ninguno las sirviesse. 13 Del quinzeno año e del dizisesseno no fallamos escrita ninguna cosa granada que de contar sea, si no tanto que fue fecho cesar Costantino ell emperador.

Como hemos visto otras veces, la narración se enmarca en referencias cronológica. Aunque podrías interpretar esta pasaje como independiente, los compiladores lo incardinaron claramente en el conjunto de la crónica, y esto nos recuerda la vinculación entre el pasado y el presente. Puedes observar, también, el comentario final del fragmento en el que los alfonsíes declaran que de los dos años siguientes del reinado de Constantino no se dispone ninguna información relevante para contar. Esto es importante, porque significa que la información integrada en la crónica pasa previamente por un proceso de selección deliberada, una vez que son importantes en el conjunto de la narración de la historia que se detendrá en el tiempo de Alfonso X. Por lo tanto, la ausencia de lo que no se narra enfatiza la transcendencia de lo que sí se incluye por parte de los cronistas.

Entonces, ¿qué o cómo debemos entender este relato? Es una cuestión especialmente relevante dado que, como ya indicamos, no se hace referencia en ningún momento a España. Por tanto, ¿qué nos quiere transmitir los cronistas con este capítulo, o el extenso relato anterior, sobre la historia de España?

La respuesta muy probablemente tenga que ver con el contexto del Cristianismo en el siglo XIII. Alfonso pretendía crear una visión de la historia de España en la que él mismo se erigía como el heredero de una amplia nómina de gobernantes legítimos. Un elemento significativo de este afán legitimatorio era, sin duda, la profesión del Cristianismo. La figura de Constantino fue fundamental para que se Cristianismo e Imperio se conformasen oficialmente indivisibles, y Alfonso se consideraba un emperador descendiente de manera directa de Constantino. El papel del Cristianismo en la historia de España concebida por Alfonso era crucial. Pero no era algo problemático en absoluto. Con la posible excepción de las Cantigas de Santa María, todas las obras del rey Sabio eran seculares y recordemos que existía un conflicto significativo entre Alfonso y el papado en su carrera por convertirse en emperador. Sin embargo, la Estoria de Espanna nos está revelando cómo el Cristianismo ocupa una posición central en un lugar y en un tiempo muy alejado de los eventos que se relatan. Hablaremos más sobre estas y otras cuestiones relacionadas próximamente en nuestro blog.

Cómo de costumbre, no dejes de prestar atención a las características físicas del manuscrito mientras transcribes. Hablaremos de algunas de estas características próximamente en una publicación del blog. Fíjate, por ejemplo, en los calderones en rojo esparcidos por el pasaje. A estas alturas ya conoces este signo de puntuación, muy usado en los procesadores de texto. ¿Cres que ayudan a leer y entender el texto o, por el contrario, lo consideras un obstáculo? ¿O simplemente están en ese lugar por azar? ¿Qué opinas?

¡¡Buena suerte con la transcripción!!

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